martes, 10 de noviembre de 2015

El comienzo del sueño frustrado

No es el principio de la amargura la que pueda escribir los versos y los días reconciliados en las sombras. No es porque los poetas mueran que me he sentado a escribir. No son las tinieblas que cayeron de la vacuidad piadosa del rezo, ni siquiera el luto de la herencia olvidada pronunciando la sola palabra.

   Es la esperanza moribunda que patea como potro sediento. Es la almohada exquisita de Dios enfermo agonizante. Es el lamento del hermano en las esquinas del tiempo. Es la vida misma llorando en cada lágrima de un solo hombre... el hombre...

    ¡El hombre que tiñe de rojo su llanto en los días de la misericordia absoluta de su caída!


                                                                 (La creación total del sueño)

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